El cuidado del medio ambiente es responsabilidad de la comunidad, el Estado y, en general, de la población, pero también de todas las compañías, sin importar su tamaño.
En ese sentido, un anuncio hecho por la Corte Constitucional reversó el Decreto 1299 de 2008 del Ministerio de Medio Ambiente, al afirmar que las mipyme no serán obligadas a contar con un Departamento de Gestión Ambiental (DGA), tal y como lo expresaba la normativa, pues este tipo de compañías se veían afectadas al tener que contratar un ingeniero o personal capacitado adicional para realizar estas labores.
Pero a pesar de la decisión, muchas compañías vienen operando bajo estrictos parámetros que las hace socialmente responsables. Según el presidente de la Asociación Colombiana de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), Norman Correa, que hayan decidido cambiar la ley es una ventaja, pues la situación actual de muchas de las firmas nacionales es complicada y sumarle un gasto económico agravaría la situación.
“Nunca estuvimos de acuerdo con esa legislación, pues se trataba de una carga pesada para las mipyme. Pero de todas formas la acatamos e hicimos lo posible para ayudarlas”, explicó Norman Correa. Sin embargo, el dirigente dijo que el hecho de que, de ahora en adelante no se les exija a las organizaciones cumplir con esta norma, no quiere decir que no tienen que tener un compromiso con el medio ambiente y su protección.
“Es claro que las empresas deben ser socialmente responsables y cumplir con parámetros mínimos para no incurrir en la contaminación, pues de las multas por esto no están exentas”, explicó. Uno de los casos de compañías que no tuvo que crear un DGA, pero que si cumple con la protección medioambiental es la empresa San Antonio, una productora de bocadillos.
Y aunque se trata de una pequeña empresa, la gerente General, Yolanda de Parra, asegura que el compromiso es grande y por eso, a pesar del costo, cada seis meses un ingeniero toma muestras y las analiza. “Somos una firma comprometida, por eso lo hacemos”, explicó.
La empresaria aseguró que ningún ente del gobierno les dijo lo que tenían que hacer, pues la iniciativa fue propia.
Por su parte, la sociedad Frutipaz, que procesa distintas clases de frutas, verduras y carnes, cuenta con una estructura organizacional que es apoyada por el Sena y trabaja bajo tres ejes de producción.
Para el gerente, Mauricio Santiago, la compañía opera con agricultura orgánica, producción limpia de hortalizas y rendimiento de 98 por ciento de la fruta. “Aunque no contamos con un DGA, tenemos un manejo adecuado de los desperdicios, los cuales se reutilizan o se transforman, lo que nos ayuda a continuar los procesos”, dijo Santiago.
El compromiso va sin exigencia ni con sanción
Gran parte de las micro, pequeñas y medianas empresas del país están tomando conciencia de la importancia que representa cuidar el medio ambiente, por eso algunas, sin que el Gobierno o un ente de vigilancia les exija, realizan adecuaciones a la planta de producción y mejoran los procesos, con el fin de ser socialmente responsables y proteger la biodiversidad. Ese es el caso de la empresa San Antonio, productora de bocadillos, que tiene un manejo especial de las aguas residuales y de los desechos, que aunque son pocos, debido a que casi toda la materia prima es utilizada en la elaboración de los alimentos, puede llegar a ser contaminante. La gerente, Yolanda de Parra, asegura tienen en regla todo lo referente al tratamiento del agua y el aire.
FUENTE: LA REPUBLICA.COM.CO
Pero a pesar de la decisión, muchas compañías vienen operando bajo estrictos parámetros que las hace socialmente responsables. Según el presidente de la Asociación Colombiana de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), Norman Correa, que hayan decidido cambiar la ley es una ventaja, pues la situación actual de muchas de las firmas nacionales es complicada y sumarle un gasto económico agravaría la situación.
“Nunca estuvimos de acuerdo con esa legislación, pues se trataba de una carga pesada para las mipyme. Pero de todas formas la acatamos e hicimos lo posible para ayudarlas”, explicó Norman Correa. Sin embargo, el dirigente dijo que el hecho de que, de ahora en adelante no se les exija a las organizaciones cumplir con esta norma, no quiere decir que no tienen que tener un compromiso con el medio ambiente y su protección.
“Es claro que las empresas deben ser socialmente responsables y cumplir con parámetros mínimos para no incurrir en la contaminación, pues de las multas por esto no están exentas”, explicó. Uno de los casos de compañías que no tuvo que crear un DGA, pero que si cumple con la protección medioambiental es la empresa San Antonio, una productora de bocadillos.
Y aunque se trata de una pequeña empresa, la gerente General, Yolanda de Parra, asegura que el compromiso es grande y por eso, a pesar del costo, cada seis meses un ingeniero toma muestras y las analiza. “Somos una firma comprometida, por eso lo hacemos”, explicó.
La empresaria aseguró que ningún ente del gobierno les dijo lo que tenían que hacer, pues la iniciativa fue propia.
Por su parte, la sociedad Frutipaz, que procesa distintas clases de frutas, verduras y carnes, cuenta con una estructura organizacional que es apoyada por el Sena y trabaja bajo tres ejes de producción.
Para el gerente, Mauricio Santiago, la compañía opera con agricultura orgánica, producción limpia de hortalizas y rendimiento de 98 por ciento de la fruta. “Aunque no contamos con un DGA, tenemos un manejo adecuado de los desperdicios, los cuales se reutilizan o se transforman, lo que nos ayuda a continuar los procesos”, dijo Santiago.
El compromiso va sin exigencia ni con sanción
Gran parte de las micro, pequeñas y medianas empresas del país están tomando conciencia de la importancia que representa cuidar el medio ambiente, por eso algunas, sin que el Gobierno o un ente de vigilancia les exija, realizan adecuaciones a la planta de producción y mejoran los procesos, con el fin de ser socialmente responsables y proteger la biodiversidad. Ese es el caso de la empresa San Antonio, productora de bocadillos, que tiene un manejo especial de las aguas residuales y de los desechos, que aunque son pocos, debido a que casi toda la materia prima es utilizada en la elaboración de los alimentos, puede llegar a ser contaminante. La gerente, Yolanda de Parra, asegura tienen en regla todo lo referente al tratamiento del agua y el aire.
FUENTE: LA REPUBLICA.COM.CO